miércoles, 25 de junio de 2008

La sangre


La sangre se siente desde millas de distancia.
Su olor es único...
Debería poder tomarla como liquido cotidiano.
Pero mi bondad no me lo permite.
Debería buscar una victima...
Mirarla a los ojos, comprarla...
Y luego lentamete enredarla entre mis brazos.
Para dar el punto final...
Clavar mis colmillos en su cuello...
Un cuello al desnudo...
Sin barreras, entre mi presa y yo.
Y succionar lenta y pausadamente su sangre.
La sangre me dio la vida, y de la sangre vivo.
No necesito mas que unas miserables gotas diarias para poder subsistir.
Aunque puedo estar varios meses sin tomar una sola gota y no morir de sed.

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