La sangre se siente desde millas de distancia.
Su olor es único...
Debería poder tomarla como liquido cotidiano.
Pero mi bondad no me lo permite.
Debería buscar una victima...
Mirarla a los ojos, comprarla...
Y luego lentamete enredarla entre mis brazos.
Para dar el punto final...
Clavar mis colmillos en su cuello...
Un cuello al desnudo...
Sin barreras, entre mi presa y yo.
Y succionar lenta y pausadamente su sangre.
La sangre me dio la vida, y de la sangre vivo.
No necesito mas que unas miserables gotas diarias para poder subsistir.
Aunque puedo estar varios meses sin tomar una sola gota y no morir de sed.
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